viernes, 27 de agosto de 2010

La amistad verdadera

Poco a poco iban llegando. Un abrazo, una sonrisa. Alegría, aceptación. Un espacio de unión, de respeto, de cariño y confianza. Platicamos un poco, compartimos los alimentos, descansamos en un silencio tranquilo que no necesita ser llenado desesperadamente.
Amistad: un calor que da vida, que engrandece. 


¿Como hemos tardado tantos años en comprender lo que es la amistad?...

La amistad no es cínica. No habla en doble sentido, en clave o a media risa. La amistad es respetuosa, no te humilla, te ataca o te critica sin amor. No condiciona su presencia al estilo o la marca de tu ropa, al tamaño de tu salario ni al costo de tu casa o de tu carro.

Cuando te encuentras usando toda tu capacidad verbal para responder rápidamente y hacerlo con gracia, hiriendo y con sarcasmo, no estás entre amigos. Comes, o te comen; hundes o te hunden.

Lo que tú más amas o admiras, la amistad contempla contigo en asmobro. Si no lo comprende o comparte, en silencio se alegra simplemente por verte alegre. Porque te ama, goza en tu gozo.


La amistad verdadera llena tu corazón de paz, de gratitud y de confianza. Te crece, no te aplasta. Te da vida, no te mata.

... Y con nuestros corazones llenos, saciados en la abundacia recibida, desbordamos Su amor que es perfecto, que siempre espera con los brazos abiertos, sin condiciones; Su amor que se refleja en nosotros. Un amor que nos hace sentir únicos, especiales, grandes y predilectos.



Y entre dulces y pasteles compartimos Su calor que se mueve entre nosotros.


"No hay en esta tierra algo mas valioso que la amistad verdadera"
Santo Tomas de Aquinas


Unidos en Sus manos,

Silvia
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