Después de leer las notas y recomendaciones de Carol en su website y su formidable librito he comenzado a usar con mucho éxito las técnicas que recomienda para enseñar a este hijo con sed de acción que Dios me dió.
Primero le presento el concepto que veremos ese día. Lo hacemos sentados en la mesa. Con esto espero ir poco a poco ayudándolo a poner atención sentado. Esto es lo más difícil para él, asi que lo hacemos rapidito, 5 ó 10 minutos. Hoy le presenté las letras "u" e "i". Usamos las letras de papel lija al estilo Montessori que yo misma hice (claro antes de que naciera Juan Pablo) y después la charola de arena para trazar las letras.
¡Después a moverse! Primero sacamos los cubitos de madera y dos cacerolas. Yo empiezo diciendo el sonido de una letra a la vez que aviento un cubito a la cacerola y el lo repite después de mí. Cuando se siente confiado el comienza a hacerlo solo. El chiste es seguir un ritmo: ¡u!, ¡pum! (aviento el cubo), ¡i!, ¡pum! , i, pum, u, pum, u, pum, etc... El ruidazo de los cubos en las cacerolas es lo que más disfruta obviamente.
Luego seguimos con las carreras. A veces usa un carrito, hoy decidió usar a su pinguinito. El va diciendo las letras, colores o números que estemos practicando para ir avanzando los espacios. Si se equivoca, cae un trapo sobre el pinguino o se le atraviesa una pared (de cubitos) que tiene que romper al recordar la letra correcta. Les comento que el rompimiento de la pared lo disfruta muchísimo también.
Al llegar a la meta aplaudimos, y hacemos los respectivos ruidos y gritos de los expectadores de una carrera.
El juego de saltar también nos sirve mucho. De igual manera ponemos en papeles lo que estemos estudiando (colores, números o letras), yo las digo y él las brinca. Después nos turnamos así que a mí también me toca algo de ejercicio brincando y a él le toca practicar decirlas.
En verdad que Sean disfruta mucho estos juegos. Cuando veo cansancio o que está batallando, cambio el juego o se acaba la sesión. Es importante que estas sesiones sean siempre divertidas.
Estos juegos funcionan con cualquier niño, no sólo con los hiperactivos y son un cambio divertido a la rutina de los textos, haciendo el rato de estudio más alegre y movido. Con Tete los usaré para practicar el reloj, y gramática (diciendo si las palabras son sustantivos, verbos o adjetivos). Las posibilidades son ilimitadas.