Escucho la mañana detrás de la ventana y decido abrirla.
El aire fresco delicioso toca mi piel y me llena de su aroma de vida, de mañana. Los pájaros cantan, una mamá petirrojo busca sin cansancio lombrices en la hierba...
Aquí estás llamándome. Te escucho y confío en ti.
He aquí yo abriré ahora mi boca,Y mi lengua hablará en mi garganta.
Mis razones declararán la rectitud de mi corazón,Y lo que saben mis labios, lo hablarán con sinceridad.
El espíritu de Dios me hizo,Y el soplo del Omnipotente me dio vida.Job 33: 2-4
Unidos en Sus manos,
Silvia