sábado, 24 de julio de 2010

Decido abrir la ventana

Sentada frente a la computadora, la familia aún duerme. No tengo frío ni calor, leo palabras de otras madres, el regalo de sus experiencias compartidas. Siento una comunión con sus dificultades, sus dudas, su esperanza en Quien todo lo puede, Su acción en ellas... ¿Cuando quieres que comparta Tus cosas Señor?, ¿podré hacerlo como Tu quieres?, ¿que escribiré?, ¿como lo haré?... Y el sol toca de pronto mi cara, un rayo a través de las ramas del arbol y siento Tu calor y giro hacia Ti. Cierro los ojos y me enfoco en Ti.  


Escucho la mañana detrás de la ventana y decido abrirla. 


El aire fresco delicioso toca mi piel y me llena de su aroma de vida, de mañana. Los pájaros cantan, una mamá petirrojo busca sin cansancio lombrices en la hierba...  



Aquí estás llamándome. Te escucho y confío en ti.

He aquí yo abriré ahora mi boca,
Y mi lengua hablará en mi garganta.

Mis razones declararán la rectitud de mi corazón,
Y lo que saben mis labios, lo hablarán con sinceridad.

El espíritu de Dios me hizo,
Y el soplo del Omnipotente me dio vida. 
Job 33: 2-4

Unidos en Sus manos,

Silvia
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