jueves, 19 de febrero de 2009

Ir a Trabajar como Papa


Que orgullo y alegría siente el padre cuando su hijo le dice que quiere ser como él cuando sea grande. Sean juega con sus peluches diciéndoles que ya se va al trabajo, que al ratito viene; que no se pongan tristes porque les va a traer una sorpresa. Me pide el teléfono celular prestado e imita a su papá hablando por teléfono resolviendo asuntos del trabajo. Ayer por fín se le hizo. Arnoldo tenía día libre pero como quiera tenía que darse una vuelta al trabajo por un ratito, así que se le ocurrió invitar a Sean a ir a trabajar con él. Sean estaba feliz, pero a la vez un poco preocupado, no sabiendo que iba exactamente a suceder. Juntos le explicamos y lo preparamos para lo que vería y lo que haría en la oficina de su papá. Con ánimo se bañó, se puso su camisa planchada y su papá le acomodó la corbata. También le prestó su celular y se lo puso en el cinto. Guapísimos padre e hijo se fueron a trabajar. Unas horas después volvió Sean feliz con una sorpresa para mí y su padre orgulloso de la chuleada que le habían dado al hijo y de lo bien que se había portado. Un inolvidable primer día de trabajo.
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